Hola, mi nombre es Norma Leticia Arroyo Rojas, hace un año exactamente el 28 de mayo de 2023 tuve un infarto cerebral, esa mañana desperté sin poder articular una sola palabra. Gracias a Dios mi familia me llevó inmediatamente al hospital y el desenlace no fue fatal. Las secuelas fueron una enfermedad llamada afasia y hemiparesia derecha leve, también perdí una parte de la memoria.
Hoy, después de un año con ayuda de muchas personas que me han apoyado, gracias a Dios puedo escribir y redactar este mensaje con ayuda, pero puedo plasmar mis ideas, mis habilidades del habla van poco a poco mejorando, ya casi todos me entienden aunque no me conocen. Recuerdo muchas cosas y otras no, perdí muchos amigos pero llegaron otros, no me falta nada, he vivido un año extra y vivo agradecida.
Me siento bendecida por el apoyo de mi familia, de mis amigos, de compañeros, los que oraron por mí cuando estuve en el hospital y hasta hoy, bendigo al personal de salud del ISSSTE y aparte terapeutas físicos y otros los de lenguaje, todos han sido ángeles en la tierra.
Escribí este mensaje con la intención para decir gracias pero además para recordarles la vida cambia en un minuto, antes tenía un trabajo en una dependencia donde lideraba un equipo de 23 personas, era cabeza de familia, independiente y a cargo de mis hijos adolescentes, había terminado un Doctorado y me sentía orgullosa de mi vida a los 47 años.
Después del infarto cerebral no pude trabajar más porque mis habilidades de hablar y escribir tienen el mismo nivel de un niño de primaria. La forma como percibo la realidad cambió, la velocidad de procesamiento es más lenta y la forma de decodifico la información para todas las actividades diarias requiere mi total atención y enfocarme en una cosa y lo demás, se me olvida.
Hoy enfrento al mundo con mis limitaciones, porque soy una persona con un tipo de discapacidad que casi nadie conoce ni entiende, la afasia que padezco impide hablar fluido, no puedo entender todo lo que me dicen, sobre todo cuando hablan rápido, no encuentro las palabras. Ha habido muy malos ratos y momentos muy difíciles, sin embargo, hoy me siento agradecida por mi vida, aprovecho esta oportunidad que me dio Dios y disfruto a mis hijos, a mi pareja y a mi familia, mis amigos y valoro el tiempo con ellos. Me tengo paciencia, me río de mis errores, me tengo consideración y me amo más, así como soy.
Todo cambia en un minuto, vivamos una más sencilla, menos estresante y más en paz con ustedes y con los demás… porque la paz, en realidad es la felicidad.
Dios los cuide.
Norma.