Preguntas frecuentes

La afasia es una alteración de lenguaje que se da como consecuencia de una lesión cerebral. Dicha alteración limita la posibilidad de una persona para comunicarse, presentándose como una dificultad para hablar, comprender y/o expresar sus ideas. También puede afectarse la lectura, la escritura y la habilidad para hacer cálculos. La alteración del lenguaje repercute en la vida personal (emocional), familiar, social y laboral.

La afasia siempre es resultado de una lesión cerebral, la cual puede estar ocasionada por:

Evento cerebro-vascular. Se refiere a una variación en la circulación de la sangre en el cerebro por alguno de los siguientes mecanismos:
Trombosis – estrechamiento progresivo de los vasos sanguíneos en el cerebro.
Embolia – oclusión de un vaso sanguíneo por un émbolo (coágulo, burbuja de aire o cúmulos de bacterias).
Hemorragia – cuando una arteria cerebral se rompe, la sangre se esparce sobre el tejido sanguíneo, aumentando la presión dentro del cráneo.
Traumatismo craneoencefálico. Es un golpe fuerte en la cabeza.
Cirugía. En el caso de operaciones cerebrales que dañan el área del lenguaje.
Tumores cerebrales. Que crecen y comprimen las áreas involucradas en el procesamiento lingüístico.
Parasitosis. Por ejemplo la cisticercosis.
Procesos infecciosos cerebrales. Tal como meningitis o encefalitis.

De manera general, la respuesta es: cualquier persona, sin distinción de género, raza, edad, educación o condición sociocultural, ya que cualquiera está expuesto a presentar una lesión cerebral que pueda ocasionar afasia.

No se cuenta con estadísticas precisas en México, pero los datos de Estados Unidos demuestran que existen alrededor de 2 millones de personas con afasia y cerca de 180,000 adquieren el trastorno cada año. Es más común que la enfermedad de Parkinson, la parálisis cerebral y la distrofia muscular; sin embargo, la mayoría de las personas nunca han escuchado el término afasia.

Si bien todas las personas están expuestas a tener una lesión cerebral que no siempre puede ser anticipada, hay algunos factores de riesgo que pueden controlarse como medida preventiva. Entre ellos están: estrés, sobrepeso, sedentarismo, diabetes, cardiopatías e hipertensión arterial.

Los niños que presentan alteraciones en el desarrollo lingüístico, no deben considerarse afásicos, ya que aún no han adquirido el lenguaje, y por lo tanto no pueden perderlo. El término afasia se aplica en niños únicamente cuando las alteraciones del lenguaje son adquiridas como consecuencia de una lesión cerebral, toda vez que el desarrollo lingüístico había seguido hasta ese momento su curso normal.

Existen varios tipos de afasia que varían en grado de afectación dependiendo de la extensión y la localización de la lesión. Las áreas que se afectan principalmente son: la comprensión, la expresión oral (hablar), la capacidad de denominación, la lectura y la escritura.

Sí. No todos los pacientes tienen la misma dificultad para comunicarse. Existen casos en que hay una imposibilidad total para comunicarse, mientras que en otros, se observa únicamente una alteración leve.

La afasia no es una condición progresiva, por el contrario suele mejorar con el tiempo. En ocasiones, las personas con afasia parecen empeorar. La fatiga, la depresión y el estrés pueden tener un efecto negativo en la habilidad del paciente para comunicarse. No obstante, esto no es una condición permanente. Existe una excepción: la afasia primaria progresiva. Es una alteración neurodegenerativa en la que el lenguaje se afecta de manera lenta y gradual. Con el tiempo otras habilidades tales como la memoria, la conducta y la atención se deterioran también.

En la mayoría de los casos, se afecta la lectura y/o la escritura. La alexia es la alteración de las habilidades lectoras como consecuencia de una lesión cerebral. El grado de afectación no siempre es proporcional al de las habilidades de la expresión oral. En caso de estar preservada, la lectura es un buen recurso para el proceso terapéutico.
Ahora bien, casi sin excepción, todos los pacientes afásicos muestran algún grado de alteración en la escritura como consecuencia de la lesión cerebral (agrafia). Es posible observar alteraciones similares a las presentadas en el lenguaje oral. Los trastornos en la escritura comúnmente son más notorios que los del habla. Sin embargo, en algunas ocasiones los pacientes con un lenguaje oral muy limitado conservan alguna habilidad para escribir palabras cortas de alta frecuencia.

Los trastornos asociados son alteraciones que se dan junto con la afasia, dependiendo del área cerebral dañada. Puede haber dificultad:

En el movimiento de la mitad del cuerpo (hemiplejia), o de los músculos involucrados en la articulación,
En la realización de movimientos aprendidos que tienen un fin específico, por ejemplo: amarrarse las agujetas, cepillarse los dientes, utilizar una cuchara (apraxia).
en la habilidad de poner atención, concentrarse y hacer más de una cosa a la vez.
En la capacidad de recordar información y en la retención de datos nuevos.
En la habilidad para poner objetivos, planear y secuenciar los pasos para conseguirlos, automonitorearse e inhibir respuestas incorrectas.
En la visión de la mitad del campo visual (hemianopsia).
en la deglución y en el control de esfínteres.

No. En la afasia el lenguaje constituye la alteración principal y se presenta de manera súbita, producto de un daño focal en el cerebro. En cambio, en los procesos demenciales, el lenguaje se afecta en etapas avanzadas de forma gradual y es consecuencia de un daño cerebral difuso.

La conciencia depende de:

El tipo de afasia: las afasias con daño en la región posterior del cerebro, pueden afectar la conciencia de la propia enfermedad.
El momento posterior al daño: cuando el evento es muy reciente puede haber momentos de amnesia (no recordar) o agnosia (no reconocer).

Sí. Es importante que el paciente comprenda lo que le sucedió. Hay que contestar sus preguntas e inquietudes de forma clara y sencilla. Esto afecta de forma positiva su rehabilitación y ayuda a disminuir la ansiedad, la incertidumbre y el estrés. Tanto el paciente como su familia deben tener expectativas realistas del proceso de recuperación.

La inteligencia de la persona es la misma a pesar de que no pueda expresarse, comprender lo que se le dice, leer o escribir. La afasia es un trastorno exclusivo del lenguaje y la comunicación; quienes tienen afasia siguen siendo adultos competentes que saben lo que quieren decir y son capaces de tomar decisiones.

Algunas variables que influyen en la reintegración laboral son la severidad de la afasia, el grado de fatigabilidad y propensión al cansancio, así como el tipo de trabajo desempeñado. Los empleos que requieren de hablar continuamente o de leer y escribir, son más difíciles de retomar. La mayoría de los pacientes no se reintegran a su trabajo anterior y tienen que optar por alguna de las siguientes opciones:

  • Adaptar el empleo anterior modificando responsabilidades y horarios
  • Entrenarse en un trabajo distinto compatible con sus
  • Habilidades actuales
  • Realizar un trabajo voluntario

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