Punto de interés 1: TORRE EIFFEL. La torre Eiffel es una visita obligada para quienes van a la ciudad luz. Esta torre fue construida con motivo de la exposición universal en 1889, marcando el centenario de la revolución francesa, por lo cual estaba planeado que permanecería solo 20 años. Para evitar su remoción a Gustav Eiffel se le ocurrió que podía convertirse en un laboratorio científico, y la torre fue aprovechada para realizar observaciones meteorológicas y astronómicas, estudios de aerodinámica, y sirvió como puesto de comunicación por telégrafo, entre otras funciones. Para hacer un homenaje a los científicos franceses, Eiffel propuso que se inscribieran 72 nombres en los pretiles de la primera línea de balcones, justo encima del primer arco de la torre. Es ahí donde empieza nuestro neurotour, ya que uno de estos nombres es el de Pierre Paul Broca.
En 1861, Pierre Paul Broca cirujano y antropólogo afamado presentó ante la Sociedad Antropológica de París el caso del paciente Leborgne. A pesar de no tener parálisis de la lengua, Leborgne presentaba una expresión oral limitada a la sílaba “tan” (por esta razón, en el hospital donde trabajaba como conserje se referían a él como monsieur Tan). Leborgne tenía buena comprensión de lo que se le decía, podía comunicarse por medios no lingüísticos y conservaba su inteligencia; padecía también parálisis en el brazo y la pierna derecha. En la autopsia, Broca encontró una lesión extensa producida por un quiste en el pie de la tercera circunvolución frontal, zona que actualmente se denomina área de Broca. Ésta es la primera relación clínico patológica, con la cual empezó el período de investigación sistemática de las alteraciones del lenguaje. Por ello, el informe clínico de Broca ha sido considerado “el más importante del siglo XIX” (González Álvarez, 2010).
Broca estudió a ocho pacientes con características similares que presentaban lesiones en esta región. En cada uno de ellos, la lesión se localizaba en el hemisferio cerebral izquierdo. Tal descubrimiento permitió a Broca anunciar en 1864 uno de los principios más famosos del funcionamiento cerebral: “Nous parlons avec l´hemisphere gauche!” (“¡Hablamos con el hemisferio izquierdo!”) (Kandel, 2008).
La divulgación de los hallazgos de Broca permitió diferenciar dos tipos de comunicación: la lingüística y la no lingüística. En la comunicación lingüística distinguió la comprensión y la expresión, y localizó esta última capacidad en el área de Broca. Hizo también observaciones referentes a las asimetrías cerebrales, que se confirmaron algunos decenios después; además, “Broca instauró la afasia, es decir, el estado patológico en que se trastorna el lenguaje por causa de una lesión cerebral, como objeto de estudio privilegiado para la investigación de las relaciones entre el cerebro y el lenguaje” (Marcos Ortega, 1998).
Punto de interés 2: MUSEO DUPUYTREN. El museo se encuentra en el número 15 de la Rue de L’École de Médecine, a unos pasos de la estación del metro Odeon. Al ingresar al recinto, nos recibe en la puerta una columna sobre la cual se encuentra un busto de Paul Broca. El museo existe desde 1835 y tiene un tema poco común: las patologías anatómicas. En el interior del museo, se encuentran una serie de vitrinas con más de 6000 objetos expuestos. Uno de ellos es motivo de peregrinación para los interesados en la historia de las neurociencias: el cerebro de monsieur Leborgne. El costo de la entrada es de 5 euros y conviene fijarse en los horarios ya que cierra durante el verano.
Punto de interés 3: MUSEO DEL HOMBRE. Está ubicado en el Palacio de Chaillot, en la plaza del Trocadero. Su objetivo es reunir todo lo que define al ser humano: el hombre en su evolución (prehistoria), el hombre en su unidad y diversidad (antropología), y el hombre en su expresión cultural y social (etnología). El objetivo de esta visita es ver el cerebro de Broca, el cual se encuentra junto con su colección de alrededor de 400 cerebros humanos, con los cuales hizo estudios de anatomía comparada y antropología.
¡Bon voyage!

Referencias
• González Álvarez, J. (2010). Breve historia del cerebro. Barcelona: Editorial Crítica.
• Kandel, E. R. (2008). En busca de la memoria. Buenos Aires: Katz Editores.
• Marcos Ortega, J. (1998). Cerebro y lenguaje. En: De la Fuente, R. Y Álvarez Leefmans, F. J. (eds.), Biología de la mente (pp. 257-287). México: El Colegio Nacional – Fondo de Cultura Económica.

Escrito por: Beatriz González Ortuño y Paola González Lázaro. Publicado originalmente en: neuromexico.org

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