El cerebro de Louis Victor Leborgne es uno de los más estudiados en la historia de las neurociencias y es especialmente relevante para los interesados en la relación cerebro-lenguaje.
Se sabe poco de los primeros años de Leborgne. Nació en 1809, en Moret. El cuarto de seis hermanos, hijo de un maestro de escuela, Louis Victor presentó ataques epilépticos desde muy pequeño. No obstante, se educó como fabricante de moldes de madera utilizados para hacer zapatos.
A los 30 años fue admitido al Hospital de Bicêtre, a las afueras de París, por presentar una dificultad progresiva para hablar. En poco tiempo, su habla se limitaba a la sílaba ‘tan’, de ahí su apodo: “Monsieur Tan”. Permaneció en el hospital a lo largo de 21 años; ahí se desempeñó como conserje hasta su muerte, el 17 de abril de 1861.
Paul Broca trabajaba en el ala quirúrgica del Hospital de Bicêtre. Conoció a Leborgne cuando fue transferido a esa área del hospital, únicamente seis días antes de que muriera a causa de la infección de una escara.
Al examinar a Leborgne, Broca encontró que mantenía su inteligencia, conservaba buena comprensión de lo que se le decía, podía comunicarse por medio de gestos y ademanes que acompañaba del uso repetido de la sílaba ‘tan’ con diferentes inflexiones. Tampoco podía expresar sus ideas en forma escrita. Mostraba además parálisis en el brazo y la pierna derechos.
Al día siguiente de realizar la autopsia de Leborgne, Broca presentó sus hallazgos ante la Sociedad Antropológica de Paris. Encontró una lesión extensa producida por un quiste en el pie de la tercera circunvolución frontal. Relacionó esa área con la facultad del lenguaje articulado. A partir de entonces, la zona se conoce como área de Broca. Se inauguró así el periodo de investigación sistemática de las alteraciones del lenguaje.
El cerebro de Monsieur Tan se conserva en el Museo Dupuytren, en París.
Escrito por: Paola González Lázaro